lunes, 13 de mayo de 2013

El veganismo y sus desmitificadores



Hace no muchos días, busqué en Google por las palabras "chemazdamundi vegano" (personaje del cual recibí varopintos denuestos). Curiosa combinación de palabras si cabe valoración. Como este elemento tiende a criticar absolutamente todo lo que se oponga a lo establecido, una inflamada crítica al veganismo por parte de este me resultaba como mínimo predecible.


No hubo por suerte, ninguna tesis doctoral ganada en tómbola en la que dicho sujeto profanara esta filosofía de vida.


Sí me encontré, en cambio, la opinión de un señor que se hace llamar Mauricio-José Schwartz en la que afirmaba que si bien es una dieta un poco friki (aunque cabe recordar que no es una dieta sino un estilo de vida) se podía llevar bien a pesar de según él (pues hasta ahora no ha sido comprobado científicamente) carecer de algunos, sigo en la duda de cuáles, aminoácidos esenciales, calcio y vitamina B12.


A lo cual yo me aventuré a decirle, quizá inapropiadamente, que el ser humano tiene más bien una fisiología herbívora, aunque más bien seamos omnívoros.
 
El problema empezó cuando este señor comenzó a enunciar dictados de antropocentrismo doctoral, en los que deducía que las diferencias entre especies dan lugar a un menor valor comparadas con el ser humano y confundiendo este término con el respeto que les debería dar este, a lo que yo pensé, con toda la educación del mundo, en contestarle vía email, dadas las limitaciones de la página "ask.fm".
 
Después de ver mi e-mail medio respondido en una de las preguntas que con todo respeto le formulé a través de “ask.fm”  no salí de mi asombro al ver que mientras este señor por un lado, pide tolerancia (tolerancia que le fue dada en todo momento) y critica según sus palabras que "voy de buen rollo para atacar e insultar" no duda en vomitar una cascada de todo tipo de improperios y descalificaciones por haber ofrecido una visión sensocentrista sobre sus dictados de moral. Si bien este señor presenta un tono general más equilibrado y menos integrista que el de "chemazdamundi" tampoco es que se salve de la quema, con un discurso entre dogmático y tirando a autoritario en el tema que nos ocupa.

El espacio conceptual en el que se mueve este sujeto es el del insulto, la tergiversación, la intolerancia y la incapacidad para el debate. No obtuve una respuesta suya que no fuera marrullera, en la que no tergiversara lo que yo le afirmaba, llegando a decir "la amenaza de tu email de que vas a estar ahí para joderme la vida ha sido denunciada" [mientras que lo que en verdad dije fue "siempre que sea para justificarme su consumo de carne, yo estaré ahí para recordarle que ese acto está mal"]. Su carácter autoritario queda de manifiesto cuando intenta tergiversar mis palabras hacia su lado con recurrentes insultos y salidas de tono, llegando incluso a afirmar que yo estaba acosándolo y de que sólo le mandaba mensajes porque sufro de un irrefrenable odio hacia el por no pensar como un servidor. En su argot la palabra fanático es su favorita, utilizada como banderín de enganche de sus fritangas "desfalsificadoras".


Después continuó con su cruzada, llegando a mandarme por Facebook
un mensaje privado (previa publicación en su muro, "vegano talibán" de la talla de un violento callejero - obviamente con la intención de que fuera visto y comentado) en la que nuevamente me remarcaba un fanatismo ilusorio, recordando que puede ser constitutivo de delito (y no, ni ha habido fanatismo ni delito).

La reflexión final que te haces sobre este personaje es ¿de dónde ha salido este tabernario artista de la tergiversación y fascista de la época cuaternaria? La sensación es de indignación y asco a partes iguales.
 
Y en general, por sus respuestas hay trozos de aquí y allá en los que no duda en llamar misántropo al vegano que un día intercambió mensajes con él y en calificar de patético lo que yo nunca hice.

Desde luego, sé que este investigador de silla entrará en este blog y se leerá la presente entrada, pues este periodista de opereta lleva a cabo sus actividades tanto divulgativas como recopilatorias desde su ordenador. Periodista que dice hablar en nombre de la ciencia, que es algo muy serio como para dejarlo en manos de charlatanes, y tergiversadores.

Si bien yo pensé en publicar todos sus mensajes con sus descalificaciones, al final acabé descartándolo. Sería dar "demasiada cuerda" a un personaje que ya de por sí nació iracundo e irascible a partes iguales.

Ya para acabar, espero que haya personas más instruidas y sobre todo más educadas para tratar este u otros asuntos. Las formas de este señor son de parvulario.
En el fondo de sus respuestas late un profundo esfuerzo por impartir disertación, catequesis, dictados de moral cartesiana y por demostrar al mundo que ha nacido un nuevo seguidor de lo oficial con revelaciones trascendentes para un nuevo hombre que jamás debió renunciar a su pasado carnívoro. Qué sensación de aburrimiento, oigan.


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