viernes, 29 de julio de 2011

Nuestras queridas agencias...

...de calificación.
Uno quizá se pregunte qué hacen y para qué existen...
Básicamente califican (con notas que van desde AAA a D) deuda gubernamental y corporativa. La forma de calificarla se basa en sus propios criterios y en ocasiones no tiene que ver con la realidad del ente calificado en cuestión.
Vemos que recientemente salen noticias de que la deuda griega y la portuguesa sufren rebajas en su calificación.
¿A qué se debe esto si tienen el aval de la UE? Y es aquí cuando viene lo polémico... bajando la calificación de calidad de la deuda hacen subir el interés que cada país tiene que pagar por su deuda pública, debido a que hay más dudas sobre si tal o cual país podrá pagar. Con ello los que inviertan en esa deuda ganarán más dinero a costa de estas rebajas, que normalmente lastran el crecimiento económico del país y su creación de empleo (ya que bajarían las inversionas extranjeras realizadas en ese país y subiría el interés que cada banco tiene que pagar para prestarse dinero entre sí), generando así más desconfianza y posiblemente un círculo vicioso.
Y da la casualidad de que las tres agencias de calificación más importantes y en que todo el mundo se fía (S&P, Fitch y Moodys) son estadounidenses. Y entonces, ¿por qué no crear una agencia de calificación europea? Esa es la pregunta que muchos nos hacemos.
Y un ejemplo para no fiarse de las OPINIONES (sesgadas y con intereses de las mismas agencias) es que la agencia de calificación S&P tenía en la calificación más alta y recomendaba comprar (AAA) deuda de Lehman Brothers tan solo cinco dias antes de que esta sociedad quebrara.
¿Por qué dejamos que estas agencias nos califiquen tan duramente? ¿Por qué no crear una agencia de calificación europea?

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